Todo empezó con una mentira: la gente sigue creyéndola hoy en día

Las teorías de la conspiración y su influencia en nuestra percepción del mundo están cambiando nuestras decisiones y nuestra vida cotidiana. ¿Qué hay detrás de su aparición?

Las personas buscan patrones en acontecimientos caóticos, lo que les lleva a suponer que hay agendas ocultas tras situaciones complicadas.

Las redes sociales facilitan la difusión de teorías conspirativas. Hasta el 50% de los estadounidenses las creen gracias a plataformas como Facebook y Twitter.

La gente cree en las conspiraciones por la ilusión de control y las respuestas a preguntas difíciles. Los factores psicológicos contribuyen a su aceptación.

El 35% de los estadounidenses cree que los atentados del 11-S formaban parte de un plan secreto. Las conspiraciones surgen en acontecimientos complejos.

Las personas con poca confianza en las instituciones aceptan las teorías conspirativas. El aislamiento y el bajo nivel educativo contribuyen a ello.

El movimiento antivacunas ha provocado un descenso de la vacunación, causando el regreso de enfermedades como el sarampión. Así pues, las conspiraciones afectan a la sociedad.

Los medios de comunicación influyen en la difusión de teorías conspirativas a través del sensacionalismo y los titulares 'clickbait'. El 60% de la gente cree en noticias no verificadas.

Verificar la información con fuentes fiables separa la verdad de la ficción. La desinformación se propaga más rápido que la verdad.

El pensamiento crítico y la educación ayudan a reconocer los fallos lógicos de las teorías conspirativas.

Nuestro cerebro busca patrones donde no los hay. El sesgo cognitivo nos hace ver los sucesos aleatorios como predecibles.