Los océanos son misteriosos porque están poco explorados. Cualquier cosa puede esconderse en las profundidades, lo que inspira tanto miedo a lo desconocido como fascinación. A veces aparecen fenómenos que suscitan muchas preguntas. Uno de ellos es el «agujero negro», que devora todo lo que se le acerca.
Siempre se habla de los agujeros negros en relación con el universo. Pero los expertos afirman que también se encuentran de alguna forma en los océanos. Se dice que, en principio, son similares a los vórtices de agua, cuya fuerza crea un potente vórtice circular que literalmente se traga todo lo que hay en sus proximidades.
Esta anomalía se detectó por primera vez en 2013 en el sur del océano Atlántico gracias a imágenes de satélite tomadas por investigadores de la ETH de Zúrich y la Universidad de Miami.
Los investigadores afirman en su informe científico que estos vórtices son matemáticamente equivalentes a los agujeros negros en el espacio, que son grietas en el espacio-tiempo que atraen todo lo que se acerca demasiado a ellos. En la práctica, esto significa que los vórtices hacen con el agua lo mismo que los agujeros negros con la luz.
Las corrientes oceánicas desempeñan un papel fundamental en el clima, al igual que estos enormes remolinos que atraviesan el océano. Se dice que su número está aumentando enormemente y que a menudo son realmente gigantescos. Remueven miles de millones de toneladas de agua y son incluso más grandes que las ciudades.
Básicamente, funcionan como recipientes, una forma de embudo de agua. Una fuerte corriente de agua, a través de la rotación, atrae todo hacia sí y lo atrapa porque no hay escapatoria. Tienen un inmenso poder para tragarse barcos, escombros, animales y todo lo que se les acerque.
A primera vista, puede que no parezcan peligrosos, ya que sólo le parecerán un suave movimiento de la superficie. Pero debajo hay en realidad un sistema de remolinos increíblemente poderoso, conocido por los científicos como vórtice coherente. Una vez que un objeto cruza el límite de la trayectoria circular, no hay vuelta atrás.
A los vórtices también se les atribuye un carácter positivo, ya que funcionan como un «taxi acuático». Transportan todo tipo de microorganismos como el plancton o residuos plásticos y petróleo a través del océano. También mueven agua cálida y salada hacia el norte.
Los científicos han observado este fenómeno a través de sensores submarinos e imágenes de satélite. Informan de que los remolinos son capaces de transportar el contenido absorbido a cientos de kilómetros de distancia.
Estos remolinos gigantes son un fenómeno natural realmente fascinante. Aunque asustan, también tienen un efecto positivo. El consejo es sencillo: no conviene acercarse a estos vórtices.