A medida que envejecemos, aparecen diversos problemas desagradables, que pueden no ser graves pero sí molestos. A partir de los cincuenta, la gente suele tener los pies y las manos hinchados. Sin embargo, la causa empieza en uno mismo, porque probablemente come lo que no debe.
El edema, conocido profesionalmente en medicina como edema, está causado por líquido atrapado en los tejidos del cuerpo. Así, la parte del cuerpo en cuestión se agranda y hace incómodas las actividades cotidianas normales. Se dan sobre todo en personas mayores de 65 años o en mujeres embarazadas. Sin embargo, esto no significa que no puedan afectarle antes. Si las padece con regularidad después de los 50 años, la causa puede estar en los alimentos que ingiere.
Las extremidades hinchadas no son nada agradables. Indican que el cuerpo está reteniendo más agua de la que debería. Esto ocurre especialmente cuando se consumen alimentos llenos de sal. El problema se convierte en la ingesta de altos niveles de sodio, que constituye aproximadamente el 40% de la sal. Sin embargo, puede causar problemas más graves que la simple hinchazón de pies o manos.
El sodio es uno de los minerales que desempeñan muchas funciones importantes en el organismo, como mantener el equilibrio de líquidos, transmitir impulsos nerviosos y mover los músculos. Sin embargo, cuando está en exceso, hace más mal que bien. No sólo retiene más agua en el cuerpo, sino que también aumenta el volumen sanguíneo y con él la presión arterial, por lo que no beneficia a la salud del corazón.
Si tiene problemas de hinchazón y sigue una dieta rica en sal, debe cambiar sus hábitos alimentarios. Limitar la ingesta de sodio debería ayudar a resolver la hinchazón de sus extremidades.
Estos alimentos incluyen, entre otros, embutidos, sopas y verduras enlatadas, alimentos congelados que pueden ser increíblemente salados, salsas para espaguetis o productos horneados y cereales. Los quesos duros, como el emmental o el parmesano, o las aguas minerales y las bebidas para deportistas también pueden ser un problema.
Así que, como primera medida, es importante reducir los alimentos procesados, sustituyéndolos por platos elaborados con ingredientes frescos. Por supuesto, añade menos sal, bebe mucha agua y aumenta tu consumo de potasio. Cuando hagas la compra, procura mirar también en las etiquetas de los productos el porcentaje de sodio que contienen.
El cuerpo cambia a medida que envejecemos. Aparecen cambios hormonales, el ejercicio es más exigente y al cuerpo le cuesta más asimilar la sal. Por ello, le cuesta más excretar el exceso de sodio, lo que provoca hinchazón y otros problemas. Intenta centrarte en los alimentos que comes y deberías ver cambios positivos después de cambiar tus hábitos alimentarios.